La Ciudadela de Corona de Hielo.

Los 25 héroes ultimaban los preparativos para el asalto a la Ciudadela del Rey Exánime, trabajaban las tácticas y ponían a punto sus equipos en la Taberna «La bienvenida del Heroe». Habían sido elegidos por el Veredicto Cinéreo para combatir a la plaga en su propio terreno.

-Compañeros, ha llegado la hora de la verdad, todo este entrenamiento, todos estos sacrificios han sido recompensados, lucharemos contra el Rey Exanime, el Gran Señor Tirion Vadín nos espera en la entrada de la Ciudadela a las 21:00 – dijo el jefe de expedicion – Teneis 12 horas para despediros de vuestros seres queridos. Nos veremos allí.

Los héroes marcharon cada uno a su hogar, a la espera de la fatídica hora.

La hora llegó y los héroes llegaron desde sus tierras natales, dispuestos a luchar o morir. Tirion Vadin, escoltado por Muradin Barbabronce les esperaban en la primera sala.

-Bienvenidos héroes, llegais justo a tiempo para escuchar los lamentos de otra pobre alma capturada por ese perro del infierno. Que la luz se apiade de su alma… Bien, teneis que superar a 9 tenientes de la plaga hasta poder llegar a Arthas, cada uno mas malévolo que el anterior. Marchad héroes, Muradin os esperará en la Rampa de las Calaveras. Que la luz os guíe y podais contarnos vuestras hazañas.

-¡Por la Alianza! – gritaron al unísono los campeones.

Los 25 compañeros avanzaron oyendo sus botas resonando en el frío suelo y quejidos en la lejanía.

-Este lugar me pone los pelos de punta… – susurró un sanador.

Unos caballeros esqueléticos se interpusieron en su camino, pero no fueron obstaculo para la magia y el acero de los campeones, y llegaron a la sala anterior al primer teniente: Lord Tuétano.

-Bien compañeros, ese es el primero escollo que hemos de superar, Lord Tuétano, un ser de hueso y oscuridad. Tened cuidado con su enorme hacha y sus huesos afilados. ¡CAR…! – gritó el jefe de expedición.

-…¿Quien osa profanar el santuario del maestro?- sonó en sus espaldas, al tiempo que bajo los pies de un pícaro sonaba una alarma.

Los heroes se dieron la vuelta y quedaron atónitos a lo que vieron: un ser de aproximadamente 5 metros se acercaba torpemente hacia ellos, blandiendo un hacha. Los campeones rápidamente se armaron de valor y arremetieron contra este gigante.

-¡Cuidado con ese hacha, facilmente podria atacar a todo lo que se ponga por delante, atacadle por la espalda!¡ Los hechiceros y sanadores, no lancéis hechizos cuando de sus manos aparezca una bola de relámpagos, os silenciará!

No duró mucho el gigante osario, era solo un anticipo de lo que les esperaba mas adelante…

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